UN CANTAR AGUDO
Hay un cantar agudo de chicharras, de viento, de pájaros
de nuestro suspirar variado, de guaduales apretujados.
Hay encantar agudo de suave viento
que golpea nuestros cuerpos, con insinuante roce
con suavidad de cielo.
Hay un cantar agudo en tu mirar de bosque
de esmeraldas, de esperanza
de refulgentes rayos con inquietantes ojos.
Hay un cantar agudo de murmullo de agua
convirtiéndose en gemido de cántico de cascadas
de cascadas matutinas, vespertinas
y también enamoradas.
Hay un cantar agudo de borrascoso giro
del viento más farsante, de la luna con estrellas
del cosmos infinito
Del orgasmo no presente.
Hay un cantar agudo de tu acanelada piel
de la seda en tu contacto, de la fragancia delirante
de amigos en combate sin llegar al disparate.
Hay un cantar agudo de tu delirante aliento
de tu vaho, de tu sonrisa, de los destellos fulgurantes
que te acompañan por instantes
Hay un cantar agudo, de tu fragante aroma
de tu suspirar cortado, de tu cercanía contagiosa
de tus labio de rosa fresa.
De todo esto y mucho más hay un cantar agudo
que penetra mis sentidos, que estremece rincones
de inquietos corazones
que nunca serán leones
aunque sea agudo el cavilar.
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